El mes de noviembre se abre con la Festividad de Todos los Santos, los proclamados por la Iglesia y los que no lo fueron. Esa “muchedumbre inmensa, que – como canta el Apocalipsis -- nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos… Y gritaban con voz potente: --¡La salvación es de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero! Y todos los ángeles cayeron rostro a tierra… diciendo: La bendición, y la gloria, y la sabiduría, y el honor son de nuestro Dios. Y uno de los ancianos me dijo: --¿Esos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?... Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus mantos en la sangre del Cordero”. En contraste con esta jubilosa escena celeste, al día siguiente de esta festividad, se celebra la Conmemoración de todos los fieles difuntos. Son dos escenas que van íntimamente ligadas y unidas: la muerte da paso a la gloria. Sólo después de la muerte se entra a ver la “ciudad santa, la nueva Jerusalén, -- refiere también el Apocalipsis -- que bajaba del cielo engalanada como una novia ataviada para su esposo… La ciudad no necesita ni de sol ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios, y su lámpara es el Cordero”.
Ambos recuerdos: el paso de la muerte y la vida celestial son dos realidades que nunca el cristiano debe olvidar, porque ambas nos invitan a vivir persuadidos de que por aquí vamos de paso, que ésta no es nuestra morada permanente, que nos afanamos mucho por alcanzar poder para al fin no atesorar nada, pues, como diría el poeta, “al final de la jornada, aquel que se salva, sabe y el que no, no sabe nada”.
Amigos y lectores de la Página Web de Fr. Leopoldo: Bienvenidos a nuestro sitio de este mes de noviembre, mes con cierto aire de melancolía en la naturaleza que pierde su brillo, pero cargado de esperanza porque durante él, la semilla muere en tierra para luego producir fruto. Aquí encontraréis nuevas noticias en el apartado de Actualidad, la 1ª homilía del nuevo Ministro General, Fr. Mauro Jöhri, de los Capuchinos, un nuevo perfil biográfico de Fr. Leopoldo, el calendario litúrgico de noviembre, la vida de la Beata Ángela María Astorch, Clarisa Capuchina del Monasterio de Murcia, cuya fiesta se celebra el 2 de diciembre, nuevos Favores… Agradecemos la atención que prestáis, diariamente, a nuestra Página y deseamos paséis leyéndola un rato agradable. Alguien definió a Fr. Leopoldo como “una persona a cuyo lado siempre se está bien”. Eso es lo que esperamos de vosotros con este trabajo mensual.