La Asociación Paz y Bien, recibe el premio del Banco de Alimentos de Sevilla.


La Asociación “Paz y Bien”, la “Fundación Tutelar Tau”… son hoy Instituciones que han echado profundas raíces en nuestra tierra de Andalucía. Son numerosas las sedes donde se hayan establecidas y se encuentran, además, en una perspectiva de crecimiento y de expansión formidable extendiéndose también, además de Sevilla, por toda la hermosa serranía onubense. Gracias a estas instituciones muchísimas son las personas de todas las edades y condiciones, que se sienten acogidas, protegidas, cuidadas, amadas. Han encontrado calor, un hogar, alguien con quien compartir la vida, han encontrado cariño, alegría y deseos de vivir, sentido al trabajo y al quehacer cotidiano. Pero siempre, -- queramos o no reconocerlo porque con la envidia nacimos y con ella moriremos --, detrás de un proyecto, de la concretización y realización práctica de una idea, hay una persona, alguien que ha tenido esa chispa luminosa que ha saltado e incendiado el bosque de la vida llenando con la claridad de su luz el desierto y la oscuridad de las noches de nuestras frías ciudades y pueblos. Pero, además, hace falta que esa persona tenga alma y corazón y ponga ilusión en los proyectos de la vida. No se vive de ilusiones, se dice, pero sin ilusión, sin aventura y sin riesgo nada de consigue ni se logra ni se obtiene. “El beso que san Francisco de Asís dio al leproso – nos ha recordado recientemente Benedicto XVI -- ha encontrado imitadores no sólo en personas heroicas como el beato Damián de Veuster, que murió en la isla de Molokai mientras asistía a los leprosos; como la beata Teresa de Calculta… sino también en muchos promotores de iniciativas en favor de las personas afectadas por enfermedades… Es necesario mantener viva esta rica tradición de la Iglesia católica para que, a través de la práctica de la caridad con quienes sufren, se hagan visibles los valores inspirados en una auténtica humanidad y en el Evangelio”. Naturalmente que muchos habrán descubierto que me estoy refiriendo a nuestro querido hermano capuchino Fr. Rafael Pozo. Todo nació de la nada, pero hoy su obra que tan dentro lleva, tan querida y tan amada por él es como una gran ciudad con vida. Sin su ilusión, sin su fortaleza de ánimo, sin su capacidad de iniciativas, sin su amor y esperanza todo se vendría abajo. Hoy, recibe premios y homenajes, le dedican calles…; él sigue trabajando, impulsando las tareas sin darle importancia, como si tal cosa, como si con él no fuera… “Quien a manos llenas siembra -- dice la Palabra de Dios --, a manos llenas cosechará”. Y sembrando sigue, siempre en la brecha porque, como dice un santo Padre, para él: “Los pobres son el tesoro de la Iglesia”. Ahora el Banco de Alimentos ha hecho entrega de los premios que anualmente concede a instituciones o personas colaboradoras con esta institución y conocidas por su implicación con las causas sociales. Este año, la Asociación Paz y Bien, que trabaja por la integración de las personas con discapacidad intelectual, ha sido una de las entidades galardonadas. Hace ya más de 15 años que existe una colaboración mutua entre la Asociación Paz y Bien y el Banco de Alimentos. Esta última entidad dona productos alimenticios a la Asociación para que los reparta entre sus unidades de día, residencias y centros ocupacionales, y por su parte, Paz y Bien -- interesada en dar su apoyo a otras organizaciones que atienden a personas sin recursos -- presta sus instalaciones al Banco de Alimentos para que las utilice como almacén e, incluso, pone a su disposición su propia red de transportes para que el Banco de Alimentos pueda recoger y distribuir los alimentos entre inmigrantes, toxicómanos, personas con discapacidad, comedores de indigentes, etc.. El Banco de Alimentos de Sevilla, cuya presidenta es Isabel de Solís Martínez-Campo, nació en 1.995 con la idea de recuperar para personas necesitadas, aquellos productos que, estando en perfectas condiciones de consumo, se desperdiciaban diariamente. Son múltiples las entidades sevillanas que colaboran con el Banco de Alimentos y muy numerosas también las beneficiarias de su trabajo. Sólo durante el pasado año, esta fundación distribuyó alimentos a 234 Instituciones Beneficiarias. También en Santiponce se le ha dedicado una calle con el nombre de Fr. Rafael Pozo. Y así un día y otro, sin cansarse. Rafael, en esta sociedad de usar y tirar, en la que prima el “tanto tienes, tanto vales”, en la que el ser humano tan poco cuenta, tu sigues siendo un ejemplo vivo del rostro misericordioso de Jesús de Nazaret. En la inauguración de la última Residencia ‘Hermano Francisco’ inaugurada el 4 de octubre pasado en Osuna, el Sr. Card. de Sevilla, Fr. Carlos Amigo Vallejo, franciscano, te dijo: “Querido Rafael no te canses de hacer el bien porque gracias a tu fatiga descansamos muchos y, sobre todo, las familias de estas personas”. Hº Rafael, desde nuestra página web: ¡Enhorabuena y muchísimas Felicidades!