Cáritas, un ‘extintor social’ contra
la polarización: «Nos dejamos a muchas personas atrás»
‘Récord’ de la solidaridad. En 2023, 486,5 millones de euros
para paliar la pobreza de 2,5 millones de personas
«Volvemos a niveles anteriores a la pandemia», recalcó Natalia Peiró, quien subrayó cómo la sucesión de crisis económicas y sociales está colocando al borde del camino a uno de cada cuatro ciudadanos, el 26% de la población, que padece pérdida de trabajo (o falta de un empleo que les permita una vida digna), el encarecimiento de la vida o las trabas a la población inmigrante. «Nos dejamos a muchas personas atrás»
Dos de cada tres euros provienen de fondos privados, y el 33% de las Administraciones Públicas. La Memoria recoge también los datos de las personas que están detrás de toda esta actividad confederal, sostenida gracias a 71.437 personas voluntarias y a 5.871 trabajadores contratados
La realidad de exclusión y pobreza que viven las personas que acuden a Cáritas no es coyuntural ni, por tanto, asociada a una crisis puntual, sino estructural y generada por desarrollos sociales y económicos, así como por políticas durante décadas
«Volvemos a los niveles anteriores a la pandemia». El dato, que en principio podría resultar positivo, pone de manifiesto cómo la pobreza y la exclusión social siguen estando al orden del día. Así lo denunció Cáritas durante la presentación de su Memoria Confederal, que muestra cómo, pese a todo, la sucesión de crisis económicas y sociales está colocando al borde del camino a uno de cada cuatro ciudadanos, el 26% de la población, que padece pérdida de trabajo (o falta de un empleo que le permita una vida digna), el encarecimiento de la vida o las trabas a la población inmigrante.
Con todo, la sociedad española sigue respondiendo al brazo social de la Iglesia española, que el año pasado invirtió la cifra récord de 486,5 millones de euros -29,3 millones de euros (6,4%) más que el año anterior- en sus diferentes recursos y proyectos dentro de España y en acciones de cooperación internacional en terceros países.
Gracias a estos recursos, Cáritas logró apoyar a 2.567.680 personas dentro y fuera de nuestras fronteras. De ellas, 1.327.298 dentro de España (en 2019, el año anterior a la pandemia, se atendió a 1,4 millones de personas) y 1.240.382 en Cooperación Internacional. Ucrania, Gaza, terremotos (en Marruecos, Turquía o Siria), pobreza… que no entienden de fronteras. «Invertimos muchos más recursos para atender a más personas», reflexionó Natalia Peiró, secretaria general de Cáritas. «Cada persona es importante», añadió.
«Todo el esfuerzo económico de nuestras Cáritas ha sido posible gracias al generoso apoyo de miles de socios, donantes y colaboradores privados (327 millones)», señaló en rueda de prensa Peiró. Dos de cada tres euros provienen de fondos privados, y el 33% de las Administraciones Públicas. La Memoria recoge también los datos de las personas que están detrás de toda esta actividad confederal, sostenida gracias a 71.437 personas voluntarias y a 5.871 trabajadores contratados.
Sensación de agotamiento y desgaste
«En 2023 hemos constatado en nuestros servicios de acogida y otros recursos que las personas que acuden a nosotros tienen cada vez mayores dificultades de acceso a derechos. Son personas con un cúmulo de necesidades, con una sensación de agotamiento y desgaste por el esfuerzo continuo en la búsqueda de cómo resolver esas necesidades básicas”, explicó Peiró, quien señaló que «la mejora de la tasa de actividad y la disminución del paro no se han traducido en un aumento de la calidad de empleo, sobre todo en situaciones de exclusión social».
Y es que España, con una tasa de paro del 11,9%, sigue siendo «uno de los países de la UE con mayor índice de pobreza laboral debido a la parcialidad, bajos salarios y temporalidad», recalcó la secretaria general de Cáritas, quien hizo suyas las palabras del Papa Francisco para llamar a ser «auténticos peregrinos de esperanza y constructores de paz para alcanzar un futuro mejor». Esta memoria lo es.
Así, durante 2023, una de cada tres personas atendidas se encontraba en situación administrativa irregular, mientras que el 50% eran trabajadores pobres o tenían serias dificultades en el acceso o mantenimiento de su vivienda. En los programas de Acogida y Asistencia, el 80 por ciento de las ayudas que solicitaron las familias estaban relacionados con los pagos de los suministros, de los alquileres, es decir, necesidades básicas.
Exclusión y pobrezas estructurales
La realidad de exclusión y pobreza que viven las personas que acuden a Cáritas no es coyuntural ni, por tanto, asociada a una crisis puntual, sino estructural y generada por desarrollos sociales y económicos, así como por políticas durante décadas. Según se lee en la Memoria, la compleja situación de las personas requiere de periodos de acompañamiento más prolongados. En el caso de las personas en situación administrativa irregular, este proceso puede durar de media entre 1 y dos años. “Estos datos demuestran que hacemos falta para procesos de acompañamiento más complejos, más largos y más caros”, recalcó Peiró.
No sólo en España, también en el resto del mundo. En este punto, Cáritas volvió a aumentar una vez más los fondos invertidos en programas de Economía Solidaria. Con una dotación total de 136,8 millones de euros (21,3 millones más que el año anterior), el esfuerzo financiero realizado sobre los itinerarios de inserción socio laboral y las empresas de inserción volvieron a superar a los programas de Acogida y Asistencia (96,7 millones de euros). Con estos recursos se consiguió atender a un 4,9% más de personas en busca de empleo que en 2022.
«En nuestro día a día nos topamos con muchas personas haciendo grandes esfuerzos por superarse, por aprender, por adquirir nuevas competencias, por superar la brecha digital y por enfrentarse a sus miedos y a la multitud de obstáculos que encuentran en su camino. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto no es suficiente para alcanzar un empleo digno. Y ello es porque nuestro sistema socioeconómico, basado en la rentabilidad económica, la acumulación, el individualismo, la competencia y el consumo desmedido, nos sigue conduciendo a unos índices de desigualdad creciente, una precariedad laboral en aumento y un avance en la degradación del medio ambiente, incompatibles con la justicia social y la igualdad en el acceso a derechos”, señaló Natalia Peiró.
Los otros programas que más recursos utilizaron a lo largo del año pasado fueron los de personas mayores (42,9 millones), personas en situación de sin hogar (41,3 millones), y los de familia, infancia y juventud (28,5 millones), por citar los más relevantes.
Durante la presentación del balance de actividades, el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, hizo un llamamiento a toda la sociedad a “sumar voluntades para convertir en lugar de encuentro y espacio de concordia el trabajo a favor de los invisibles y descartados, en estos tiempos de preocupante polarización social y de agravamiento de las condiciones de vida de muchas personas, que ven cómo su acceso a derechos básicos sigue siendo muy precario”.
En su intervención, Bretón también aprovechó para agradecer el “apoyo incansable” de empresas, donantes particulares, administraciones públicas y miles de voluntarios “en la tarea de garantizar la dignidad de todas las personas, la protección de los derechos humanos y el compromiso por la justicia social”.
“Son muchas las manos que se unen para avanzar en esa tarea. Por ello, quiero agradecer, en nombre propio y en el de Cáritas Española, esta suma de compromisos y solidaridad que tejen una red de apoyos sin la que no habríamos podido acompañar en 2023 a más de dos millones y medio de personas dentro y fuera de nuestro país”, finalizó.
Apagar el fuego de la polarización
«En estos tiempos de polarización, vemos la necesidad de comprometernos en el acceso a los derechos básicos. Quiero hacer una llamada a sumar voluntades, para trabajar a favor de los más invisibles y descartados», finalizó, demostrando que el trabajo de Cáritas «es semilla de bien común para la sociedad cuyos brotes se concretan en las personas que son atendidas, y escuchadas, desde el amor y el cuidado».
«Tenemos una gran responsabilidad como Cáritas y como Iglesia para intentar que el nivel de polarización disminuya», reflexionó el presidente de Cáritas. «Nuestra labor con las Administraciones, partidos políticos y en la incidencia política, en esto, tenemos mucho que decir. Cuando intentamos apagar un fuego determinado tiene que estar lleno de cariño, de amor por los demás, de intentar aportar algo nuevo a una sociedad que se nos corrompe y destruye».
«En Cáritas creemos que estando cerca de las personas se evitan muchos prejuicios y argumentos hostiles hacia los demás», terció Natalia Peiró. «La cercanía es lo que nos enseñan las personas que acompañamos, lo esencial son otras cosas, son los vínculos».