El Baldaquino de Bernini recupera su esplendor y será inaugurado en la clausura del Sínodo
La Sala Stampa vaticana ha tenido este 8 de octubre la iniciativa de realizar un tour con periodistas, en el que han participado más de 100 corresponsales acreditados, que han valorado muy positivamente la visita
Una obra que tiene lugar 250 años después de la última gran restauración y que ha sido realizada en los últimos 9 meses
El Jubileo 2025 está limpiando la cara de Roma y evidentemente del Vaticano y de la Basílica de San Pedro. Las obras se esparcen por todos los rincones, buscando devolver el esplendor original a piezas emblemáticas, entre ellas el Baldaquino de Bernini, que cubre el altar mayor de la Basílica y la tumba del apóstol, o la Cátedra de San Pedro.
Más de 100 periodistas presentes
La Sala Stampa vaticana ha tenido este 8 de octubre la iniciativa de realizar un tour con periodistas, en el que han participado más de 100 corresponsales acreditados, que han valorado muy positivamente la visita, dada la singularidad de los espacios visitados, a pesar de las largas esperas, algo entendible dada la dificultad de moverse entre andamios y piezas de gran valor artístico y significado para la Iglesia católica.
Recibidos por el arcipreste de la Basílica de San Pedro, Vicario General para la Ciudad del Vaticano y presidente de la Fábrica de San Pedro, cardenal Mauro Gambetti, dijo estar sorprendido con la numerosa participación y calificó la restauración de “memorable, extraordinaria”. Junto con el cardenal, estuvieron con los periodistas el director de comunicación de la Basílica, Fray Enzo Fortunato, que recordó que la obra ha sido posible gracias al apoyo de los Caballeros de Colón, y Alberto Capitanucci, responsable del área técnica de la Fábrica de San Pedro en el Vaticano, que dirige las obras, que dio a conocer algunas anécdotas vividas por los restaurados en los últimos meses.
Una obra grandiosa
Una obra que tiene lugar 250 años después de la última gran restauración y que ha sido realizada en los últimos 9 meses. En el caso del Baldaquino, creado entre 1623 y 1634, con casi 29 metros de altura y 63 toneladas de peso, se acaban de cumplir 400 años del inicio de su construcción, se están ultimando los últimos detalles y la inauguración oficial será el 27 de octubre, coincidiendo con la misa de clausura de la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal del Sínodo sobre la Sinodalidad, que inició sus trabajos el 2 de octubre. La Catedra de San Pedro está prevista su conclusión el próximo mes de diciembre.
Entre los objetos visitados, hay que destacar un elemento singular por su significado, la Cátedra en la que la tradición afirma haberse sentado Pedro, el primer pontífice. Un objeto que con casi dos mil años podemos decir se conserva en más o menos buenas condiciones y cuyo significado simbólico nos lleva a contemplar el significado de los 264 pontífices que desde entonces han ocupado la Cátedra de Pedro.
Una experiencia única, pues además de contemplar con cercanía y precisión todos los detalles del baldaquino y de la cátedra, ofreció la posibilidad de tener una visión perspectiva de la Basílica de San Pedro, una oportunidad de la que probablemente no se disfrutará por un buen tiempo. No olvidemos que la última gran restauración fue hace 250 años.