"...Y FLORECERÁN LOS CLAVELES QUE ABRIRSE NO QUIEREN... "

El sepulcro de Fr. Leopoldo, situado en el fondo de la capilla-cripta, donde se conservan sus venerados restos es, desde siempre, meta incesante de peregrinos. Los devotos, en progresivo aumento, acuden al corazón del “frailecito de barbas blancas”, aquejados con miles de problemas: allí llega la anciana agradecida, la persona agobiada por la soledad, el dolor, la angustia, la tristeza, la madre preocupada por los problemas de sus hijos, el enfermo que aun no ha perdido la esperanza, los jóvenes con sus apuntes de clase… Las gentes dejan sobre su tumba flores. Aquel capuchino, limosnero andariego durante cincuenta años por las calles de Granada, a cuyo paso florecían las gracias de Dios y los favores divinos, continúa, a los cincuenta años de su muerte, haciendo posible que sobre su tumba “florezcan los claveles que abrirse no quieren”… y la gracia de Dios, como riachuelo oculto y fecundo, sigue prodigándose en beneficio de todos los necesitados…
Toda la vida de Fr. Leopoldo fue un continuo acto de amor a Dios. Oraba con devoción, hablaba de Él, se encomendaba a Él, exhortaba a todos a que lo amaran. Se pasaba horas de adoración ante el sagrario. Y todo lo hacía por amor de Dios. Era un hombre de Dios, en la calle y en el convento, por sus virtudes y por su ejemplo. Buscaba siempre estar en unión con Dios. Daba gusto hablar con él porque siempre se sacaba algún provecho espiritual. Cuando escuchó por primera vez la frase “por amor de Dios”, le conmovió de tal manera que decidió actuar siempre con ese criterio. El amor a Dios era el eje y el motivo de toda su vida. Cumplía con sus obligaciones a la perfección y eso no se puede explicar si no hay un amor extraordinario a Dios. Amó a Dios con toda su alma. Estaba siempre fijo como un halcón a la obra que Dios estaba realizando. Se le veía siempre como absorto en Dios y alejado de las cosas terrenas. Bastaba oírle silabear dulcemente las tres Avemarías, con aquella dulce lentitud tan suya, para advertir en él la presencia de un ‘algo’ que quemaba su vida entera en un inextinguible fuego interior.


FAVORES Favores anteriores


Santa Cruz de Tenerife, 7 de Agosto de 2006.

Quiero comunicar a la Comunidad de Fray Leopoldo que he sentido la intuición de que fui escuchada en mi plegaria, en la súplica que, en su presencia, los primeros días del mes de Junio, hice por una sobrina que fue diagnosticada de un posible CÁNCER DE TIROIDES. Es muy joven, tiene dos hijos pequeños con muchos sacrificios: la primera es fruto de una fecundación in vitro y el segundo es adoptado porque ha sufrido varios embarazos extrauterinos, poniendo en peligro su vida.
Estuve en dos ocasiones en el Santuario de Fray Leopoldo con motivo de mi estancia en Granada y traje para toda mi familia la Oración y los recuerdos, pensando en ella especialmente para que los tuviera a su lado. Ella no sabía el alcance de su diagnóstico, pero yo si, porque el médico me lo informó y, aunque no soy personal sanitario, trabajo en hospital y tengo facilidad de conseguir información directa, como sucedió en este caso Mi familia es muy devota de Fray Leopoldo, mi madre especialmente, siendo socia de la revista y cada año hace una colecta entre sus hijos (somos cinco) para colaborar con la Obra de Fray Leopoldo y está deseando volver alguna vez a Granada, sólo por verlo y rezar en su Santuario; también mi suegra, que en paz descanse era muy devota y en una ocasión, con motivo de una intervención quirúrgica a la que fui sometida me trajo la Estampa con la Oración y yo, aunque no soy practicante, siento una devoción especial por él.
Pues bien, mi sobrina, que se llama Carmen, fue intervenida y los resultados de los estudios practicados por Anatomía Patológica fueron negativos a esa enfermedad que, si bien constaba expresamente por escrito en la propuesta de ingreso hospitalario como CANCER DE TIROIDES PAPILAR. TIROIDECTOMÍA. NEOPLASIA MALIGNA DE TIROIDES, SE QUEDÓ EN BOCIO NODULAR DE TIROIDES Y LA INTERVENCIÓN NO REQUIRIÓ LA EXTIRPACIÓN TOTAL DEL TIROIDES COMO ESTABA PREVISTA.
Siento en mi interior, como ya expresé al inicio de mi carta, de que fui escuchada por Fray Leopoldo y así se lo refería al Dr. (especialista en Endocrinología ), el cual estaba tan sorprendido como yo pues, el mismo, cuando vio los resultados iniciales, se empeñó en agilizar el ingreso, hablando especialmente con el Cirujano. Este Dr. También me trata a mi de un nódulo tiroideo hace tres años y, por el momento, no ha decidido mi intervención. Yo le dije al Dr. que había pedido a Fray Leopoldo que la ayudara y que yo creía que se había producido un milagro y que iba a escribirles, diciéndome “pues, escríbeles”.
Quiero dar las gracias con todo mi corazón y seguir confiando en Fray Leopoldo por siempre. Mi sobrina no sabe nada de esto pero, algún día, cuando pase un poco más de tiempo se lo contaré.
No se si mi testimonio sirve de algo, pero siento que tenía que hacerlo y mostrar mi gratitud y mi deseo de que en mis súplicas siempre estará Fray Leopoldo al que también le pido por todos los seres que sufren en este mundo. De nuevo, muchas gracias y hasta siempre, Fray Leopoldo y Granada permanecerán por siempre en mi corazón.

Fdo: Ana Abraham.




Querido Padre Vicepostulador,


Mi abuela fue ingresada en el Hospital con un problema respiratorio en Agosto, ella padece de Asma y Ephysema pulmonar, cada día que pasaba iba empeorando más y más. Yo me puse enseguida a rezarle a Fray Leopoldo que por favor se mejorara, las estampas que tengo de él me las había dado una señora española que vive aquí en los Estados Unidos hace ya bastante tiempo cuando mi hija era pequeña y había nacido con un problema. Fray Leopoldo siempre me ha escuchado y me ha ayudado. Todos los días yo iba a hospital y le rezaba a mi abuela la oración y las tres Ave Marías, ella fue mejorando hasta que pudo salir del el hospital y ser enviada a un centro de rehabilitación. Yo le prometí a Fray Leopoldo que si mi abuelita salía bien yo le iba a escribir el favor y mandarle un donativo. Una vez más le pido a Fray Leopoldo por su salud, ella está otra vez en el hospital, esta vez con problemas del estomago y con el mismo problema de los pulmones pero controlado con los medicamentos. Yo tengo esperanza que Fray Leopoldo la va a ayudar y ella le tiene mucha fe también.

Gracias,

Mayra Pina
Miami, Florida