12 de septiembre: Se cumplen once años de la Beatificación de Fray Leopoldo de Alpandeire

Beatificación de Fray Leopoldo de Alpandeire
BREVE POR EL QUE BENEDICTO XVI INSCRIBE A FRAY LEOPOLDOEN EL ÁLBUM DE LOS BEATOS

AL VENERABLE SIERVO
DE DIOS
LEOPOLDO DE ALPANDEIRE

SE LE OTORGA LA DIGNIDAD DE BEATO

BENEDICTO PP. XVI – ad perpetuam rei memoriam

El Prefecto de la Congregación de los Santos, Angelo Amato y el Vicepostulador Alfonso Ramírez

El Prefecto de la Congregación de los Santos, Angelo Amato y el Vicepostulador Alfonso Ramírez

«Señor Dios nuestro,
¡Qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza» (Sl 8, 2-3).

El asombro ante las maravillas de la creación, la infancia espiritual vivida con sencillez y coherencia, la serena búsqueda de la gloria de Dios en los acontecimientos de la vida cotidiana, la afectuosa solicitud hacia toda criatura, el amor a los hermanos convertido en humilde y alegre servicio: todo ello resplandece en la experiencia espiritual de Fray Leopoldo de Alpandeire, el bondadoso hermano  capuchino en el que la gracia del Señor ha realizado el prodigio de la plena realización humana y cristiana. En la escuela del Pobrecillo de Asís, Leopoldo fue un perfecto imitador de Cristo en el espíritu de las bienaventuranzas, convirtiéndose en testigo evangélico de fraternidad universal y de caridad.

El Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire, llamado en el siglo Francisco Tomás Márquez Sánchez, nació en Alpandeire, Málaga, el 24 de junio del 1864. El 29 de junio recibió las aguas bautismales. El 11 de septiembre del 1881 recibió el sacramento de la confirmación de manos del Obispo de Málaga, Don Marcelo Spínola y Maestre,  beatificado por el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II. Francisco Tomás fue educado en la piedad cristiana y en el trabajo por padres humildes y trabajadores.

Juicioso, alegre, bondadoso, trabajador incansable, comenzaba su jornada, participando en la santa Misa y visitando el Santísimo Sacramento. Desde joven ya valoraba la pobreza como expresión de vida interior, de hecho compartía su comida frugal con los más pobres. Vive intensamente también las obligaciones civiles cumpliendo su servicio militar en los años 1887-1888.

Cuando se estaba celebrando en Ronda el triduo solemne por la beatificación del capuchino Diego José de Cádiz el año 1895, Francisco Tomás se sintió atraído por la vida religiosa. Las predicaciones y la participación litúrgica movieron al joven a manifestar su deseo de seguir la vocación religiosa a don Rafael, sacerdote de Ronda, y a los capuchinos. Dado que carecía de una conveniente formación y teniendo en cuenta su edad, pudo ingresar como hermano.

A la edad de 35 años entró a los Capuchinos en el convento de Sevilla, guiado por el ejemplo del ministro provincial P. Ambrosio de Valencina y del maestro de novicios P. Diego de Valencina. Vivieron juntos en la comunidad de Sevilla una vida de austeridad marcada no sólo por la sencillez y la sobriedad de vida, sino por la oración común. Aún sintiéndose fascinado por la espiritualidad franciscana, jamás escurrió el bulto sobre los trabajos sencillos y humildes de la vida cotidiana como el pelar patatas ayudando en la cocina o el barrer los claustros. Hizo el noviciado el año 1899, al vestir el hábito recibió el nombre de Leopoldo de Alpandeire. Como novicio Leopoldo desarrolló los dones espirituales: se distinguía por su santa alegría que era igual a su profunda interioridad, que se transparentaba en su cara y en sus ojos.

El año 1900 hizo la profesión temporal en el convento de Sevilla y lo encargaron de la huerta. En 1903 fue trasladado al convento de Granada donde hizo la profesión perpetua, el 23 de noviembre. El año 1913 fue trasladado al convento de Sevilla como portero. El año siguiente regresó a Granada para asumir el cargo de sacristán y limosnero hasta el año 1953. En 1936 tuvo que sufrir ciertas incomodidades a causa de la guerra civil. Pero allí, como sucedió en el norte, los frailes se libraron.  El hermano Leopoldo solía orar por los enemigos de la Iglesia y por la paz en toda España. El año 1950 celebró sus bodas de oro de vida religiosa, renovando sus votos en las manos del P. Provincial, Buenaventura de Cogollos Vega.

Beatificación de Fray Leopoldo de AlpandeireEl día 9 de febrero del 1953, mientras cumplía con su deber de limosnero, en una casa cayó rodando por las escalas fracturándose el fémur; por fortuna la fractura se anudó y el Siervo de Dios pudo reanudar  su vida conventual normal gracias a la ayuda de dos bastones. Ya no volvió a salir más a la calle, mientras tanto fueron apareciendo otros achaques que le obligaron a guardar cama; por estas dolencias y otras complicaciones, el 9 de febrero del 1956, a la edad de 92 años, moría en Granada confortado con los santos sacramentos. Ante la noticia de su muerte, una gran multitud de fieles participó en sus funerales, considerándolo como ejemplo de vida santa.

Ante su constante fama de santidad el Arzobispo de Granada  comenzó en el año 1961 el Proceso Informativo sobre la fama de santidad y virtudes. Posteriormente, ante el cambio de normas, el año 1982 se llevó a cabo el Proceso Cognicional. Ambos Procesos fueron reconocidos como válidos el 25 de Noviembre del año 1988. Los Teólogos Consultores, reunidos en Congreso Especial el 20 de marzo del 2007, dieron su parecer favorable sobre las virtudes ejercitadas en grado heroico. De la misma opinión se manifestaron los Padres Cardenales y Obispos reunidos en Sesión Ordinaria el día 18 de diciembre del año 2007.

Por tanto otorgamos a la Congregación para las Causas de los Santos la facultad de publicar el Decreto de las virtudes el día 15 de marzo del año 2008. Para la beatificación se presentó la curación de la señora Ileana Martínez del Valle, que los médicos expertos el día 29 de enero del año 2009 la consideraron inexplicable según la ciencia. Los Teólogos Consultores en su Sesiόn Especial el día 20 de mayo del año 2009 atribuyeron esta curación a la intercesiόn del Venerable Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire; y los Padres Cardenales y Obispos, en la Sesiόn Ordinaria del 27 de octubre del año 2010 emitieron el mismo parecer.

Por consiguiente concedimos a la Congregación para las Causas de los Santos la facultad de publicar el Decreto el día 19 de diciembre del año 2009 y determinamos que el rito de la beatificación  se celebrase en Granada el día 12 de septiembre del año 2010.

Hoy por tanto, por mandato Nuestro el Venerable Hermano Ángel Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, da lectura al texto de nuestra Carta Apostólica, por la que incluimos en el número de los Beatos al Venerable Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire:

Beatificación de Fray Leopoldo de AlpandeireNOS, accediendo a los deseos de Nuestro Hermano Francisco Javier Martínez Fernández, Arzobispo de Granada, y a los de muchos otros Hermanos en el Episcopado y de innumerables fieles cristianos, bajo el consejo de la Congregación para las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica concedemos que el Venerable Siervo de Dios Leopoldo de Alpandeire, en el mundo Francisco Tomás Márquez Sánchez, religioso de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, quien con el ejemplo y con la palabra, durante su vida cotidiana, caracterizada por la soledad y por la oración, participando y aliviando las preocupaciones y los dolores de los pobres y afligidos, dio testimonio del misterio de Jesucristo Crucificado, de aquí en adelante se le denomine con el nombre de Beato y su fiesta pueda celebrarse anualmente el 9 de febrero, día de su nacimiento para el cielo, en los lugares y en la forma determinados por el derecho. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuanto hemos decretado, queremos y ordenamos que en todas partes se mantenga estable y válido, sin que nada obste en contrario.

Dado en Roma, en San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 12 de septiembre del año 2010, sexto de Nuestro Pontificado.

BENEDICTO  PP. XVI