Caritas Internacionalis: Los migrantes climáticos necesitan garantías definidas

Caritas Internacionalis. Los migrantes climáticos necesitan garantías definidas
Caritas Internacionalis:
Los migrantes climáticos
necesitan garantías definidas

            Fue presentado este 26 de octubre, el informe de la confederación que explora las experiencias de las personas desplazadas dentro y fuera de las fronteras debido al cambio climático global: el documento, una contribución al debate global sobre cómo abordar las brechas existentes en materia de prevención, finanzas, protección legal y política.

El vínculo entre el cambio climático y la migración forzada es cada vez más preocupante. Caritas Internationalis es portavoz de la urgencia de acciones coordinadas entre estados para prevenir daños y ha publicado el informe titulado “Displaced by a Changing Climate: Caritas Voices on Protecting and Supporting People on the Move”.

20 millones de personas obligadas a desplazarse por el cambio climático

La movilidad, dentro y fuera de las fronteras nacionales, inducida por eventos extremos vinculados a las variaciones climáticas en el planeta, se explora a la luz del trabajo de Cáritas locales en diferentes regiones. Hace un balance de las dificultades que enfrentan los refugiados en 20 países. “El documento – se lee en el comunicado de presentación – busca contribuir al debate global sobre cómo abordar las lagunas existentes en materia de planificación, financiación, protección jurídica y política para prevenir tales violaciones de los derechos humanos y las pérdidas y daños asociados”. Sobre ello habló María Amparo Alonso, directora de Incidencia y Comunicación de Cáritas Internationalis.

La encuesta se realizó con referencia constante al mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. “Queríamos comprender desde una perspectiva integrada cuál es la realidad de las personas que se desplazan, su acogida, los desafíos. En la última década – subraya – más de 20 millones de personas han sido desplazadas cada año dentro de las fronteras de su país debido a condiciones extremas, pero esto es solo una parte del cuadro porque observamos que este fenómeno se refiere a una degradación progresiva del medio ambiente del que huyeron. Alonso precisa que “actualmente hay 3.300 millones de personas viviendo en naciones con alta vulnerabilidad humana pero la cifra podría ser incluso mayor”.

Alonso también relata su experiencia personal al vivir y trabajar durante dos años (de 2000 a 2002) en la zona fronteriza entre Kenia y Somalia donde vivían dos comunidades, una de agricultores y otra de nómadas. “Después de una fuerte y prolongada sequía, los nómadas comenzaron a invadir los territorios de los demás. Esto generó un conflicto, una verdadera guerra local, de la que no se ha hablado mucho. Veinte años después la situación ha empeorado. Aquellos que invadieron los territorios, ahora ya no tienen ganado”, explica, hablando de una especie de espiral viciosa en la que estas personas son aún más frágiles al carecer de la protección adecuada. “En Oceanía, por ejemplo, las comunidades indígenas tienen que trasladarse a otras islas, a otras zonas. Los pescadores se ven obligados a convertirse en agricultores”, añade.

Prevenir la violación de los derechos humanos

“Nos preguntamos qué medidas pone en marcha cada país para responder a esta realidad”, afirma el director, que insiste en la necesidad de trabajar para prevenir cualquier violación de los derechos humanos en este tipo de contextos. “A veces las herramientas están ahí, pero es necesario actuar”: ésta es una ‘brecha’ crítica. “También existe la necesidad de construir bases de datos ad hoc, es muy importante en este momento histórico. Lo que nos dicen los miembros de Cáritas es que estas personas tienen que afrontar situaciones de precariedad, desintegración de la unidad familiar, discriminación, abuso, explotación, conflicto. Por ejemplo, en Somalia y Yibuti, están presenciando un aumento considerable del número de niños no acompañados que llegan a sus servicios. Planificar para reducir el coste de las intervenciones a las que nos enfrentamos es esencial”.

La Laudate Deum nos confirma que falta valentía para actuar

“Desde la COP28 (la conferencia de la ONU sobre el clima que comenzará en Dubai a finales de noviembre – ndr.) esperamos que se fortalezca el pensamiento colectivo sobre la creación del Fondo para pérdidas y daños, porque es necesario aumentar significativamente la financiación para garantizar protección integral de los sujetos”. Alonso expresa al Papa Francisco su agradecimiento por la Exhortación Apostólica Laudate Deum por parte de todos aquellos que se comprometen a garantizar un futuro digno a quienes se ven obligados a abandonar su patria: “Es una inspiración que nos confirma en nuestro trabajo. Cuando el Papa habla del aumento de temperatura que corre el riesgo de tener consecuencias terribles, lo acogemos como una esperanza. Insiste en la valentía. De hecho, es precisamente valentía lo que falta. Puede haber preocupación, pero falta valentía y las acciones que proponemos en el informe responde precisamente a esta llamada del Pontífice”.