Apertura del Año Jubilar en Palencia por el 800 aniversario de la muerte de Santo Domingo de Guzmán
El pasado 6 de enero, en la Iglesia conventual de San Pablo, en Palencia, monseñor Manuel Herrero, obispo de la diócesis, presidió la eucaristía con la que se dio inicio a un nuevo Año Jubilar con motivo del 800 aniversario de la muerte de santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores, comúnmente conocidos como dominicos.
Recientemente el actual maestro de los predicadores, el filipino Gerard Francisco Timoner, explicó -al diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) “Avvenire”- que el tema de las celebraciones jubilares será: “En la mesa con Santo Domingo”. El P. Gerard indicó que le gusta imaginar a Santo Domingo como “un hombre que vive con alegría en la mesa en comunión con sus hermanos, reunidos en la misma vocación de predicar la Palabra de Dios”.
El origen de la Orden de Predicadores
Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra. En 1215 asiste al Concilio de Letrán donde solicita la aprobación de su Orden. Será un año después, el 22 de Diciembre de 1216, cuando reciba del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.
Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto dispersa a sus frailes, enviando cuatro a España y tres a París, decidiendo marchar él a Roma. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia.
En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, acordará la creación de ocho Provincias.
Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo canonizó.
Santo Domingo de Guzmán y Palencia
Santo Domingo cursó los estudios de Artes en la Universidad de Palencia al final de los cuales ingresó en el estamento clerical recibiendo la tonsura y después dedicándose al estudio de la teología.
Uno de los hechos que caracterizó la vida de Domingo durante esta etapa fue la venta de sus libros de pergamino, cuando el hambre asolaba a Castilla en 1191, para tener con qué socorrer a los pobres, pues “él no podía estudiar en pieles muertas, cuando sus hermanos se están muriendo de hambre”.
Su prelado, Don Martín de Bazán, Obispo de Burgo de Osma, le confirió las órdenes sagradas y entra como canónigo en el cabildo de Osma, trasladándose a vivir a dicha villa.
Actualmente en Palencia hay tres comunidades dominicanas:
– Los frailes del Convento de San Pablo, que según la tradición fue fundado por el propio Santo Domingo en 1219. Su iglesia, que es de estilo gótico tardío, consta de tres naves. La capilla mayor, de forma octogonal, tiene un retablo atribuido a Felipe Bigarny y dos grandes sepulcros en las paredes laterales, así como una magnífica verja. Es de resaltar la capilla del Deán Don Gonzalo de Zapata, en la que se encuentra un retablo gótico con un altorrelieve de la Piedad.
– Las monjas contemplativas del Monasterio de la Piedad, frente a la fachada principal del Convento de San Pablo, en la calle de los Pastores. Tiene una fachada mudéjar, de ladrillo, con celosías. La iglesia es de estilo barroco avanzado, con cúpula de media naranja.
– Las religiosas Misioneras de Santo Domingo, cuya vida apostólica se desarrolla en un colegio con varios niveles de enseñanza.